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Fallas & Hogueras de San Juan. 

Valencia & Alicante

A fuego lento

    El uso del fuego y la pólvora jalonan el día. El amanecer se somete al estruendo de la despertà. La mascletà corona el día mientras que la noche enciende el cielo con los castillos. No es casual el uso del fuego, marca en cada momento un hito dentro de la jornada festiva. Con distintas advocaciones, San José o San Juan, el momento imprescindible de la fiesta se produce en torno a la hoguera o a la falla. El fuego es elemento cohesionador y productor de comunidad. Así nos reunimos en torno al fuego en la cremà. El fuego juega con el sentimiento de admiración, que llega a su máximo con el sometimiento de los ninots a las llamas. En torno a las cenizas aún calientes sentimos comunidad.

 

  Las hogueras de San Juan o las Fallas de Valencia han seguido un desarrollo turístico similar. La primera quema de muebles inservible en las calles –fuese cuando fuese– fue una inocente chispa de nutrientes 

históricos, la primigenia llamarada de un incendio imparable que aún sigue. Dentro de un contexto fértil de necesidades sociales y culturales, las fiestas entrañan una explosión de significados etnológicos.

 

  Desde aquellos inicios, alrededor de la figura central de la hoguera, se ha ido engranando a fuego lento, un sinfín de actos diversos y complejos que integran con vida propia las fiestas de las Fallas y las Hogueras. Pero al inicio… y al final, siempre está el fuego.

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